Descripción
Este es uno de los casos en los que una pérdida trae consigo una ganancia, o lo que es lo mismo, a veces lo que parece mala suerte termina siendo la mejor suerte posible. Cenicienta perdió su precioso zapato, pero eso es lo que hizo que el príncipe la encontrase y pudiesen casarse. Y a la madrastra y a sus hijas, que les den, Cenicienta, no seas tonta.
Esta versión 2.0 es para una Cenicienta a la que le gusta el rosa y la purpurina, pero también las tachuelas.
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